La Navidad es una celebración llena de tradiciones y, para muchos una época de comidas familiares que suelen acabar con dulces navideños. En España, tenemos 5 Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) que, seguro que has comido, y que tienen mucha historia y tradición detrás. ¿Quieres saber cuáles son?

Turrón de Agramunt. Foto: Lleidatur.com
Para empezar definamos qué es una Indicación Geográfica Protegida. Este certificado identifica un producto originario de un lugar determinado, una región o un país, que posea una cualidad concreta, una reputación u otra característica que pueda esencialmente atribuirse a su origen geográfico, y de cuyas fases de producción, al menos una tenga lugar en la zona geográfica definida. Así se establece un vínculo entre el producto y la región donde se elabora, de manera que ambos se pueden beneficiar de su buena reputación.
Ahora sí, comenzamos con nuestro dulce repaso por los dulces con más solera de nuestra Navidad.
Turrón de Jijona
Sin lugar a dudas el turrón es un clásico en todas las casas en Navidad.
Sin embargo el de Jijona tiene una tradición especial.
Su origen parece estar en la península arábiga y fue precisamente de mano de los árabes como llegó a las costas mediterráneas. En España, datos históricos afirman que en la Villa de Sexona (actual Jijona, provincia de Alicante) ya era conocido antes del siglo XIV, pero se hizo popular alrededor del siglo XV, cuando Carlos I de España lo introdujo en la Corte. Posteriormente, el cocinero del Rey Felipe II, Don Francisco Martínez, dejó escrito “en todas las casas de Jijona huele a miel”.

Elaboración Turrón Jijona. Foto: jijona.com/
Mantecados de Estepa
Los mantecados y polvorones son otros de los productos estrella de estas fechas y Estepa es la localidad que vive para y por este dulce.
Desde hace siglos, en casi todos los hogares se elabora este postre o sus antecesores como las “tortas de manteca” o los “mantecates”. Para entender su historia, hay que viajar al siglo XVI al Convento de Santa Clara donde se elaboraban y se guardan algunas de las referencias más antiguas.
Sin embargo, el punto de inflexión fueron las aportaciones de una sola mujer: Micaela Ruiz Téllez, «La Colchona». Como era habitual, ella también hacía “mantecate”, pero se endurecían muy pronto y, para evitarlo, se le ocurrió resecar la harina tostándola, así quedaba seco y firme por fuera y tierno por dentro.

Mantecado de Estepa. Foto: mantecadosypolvoronesdeestepa.com
Turrón de Agramunt
Quizás la Indicación Geográfica Protegida más desconocida de esta lista, pero igual de deliciosa que las demás. La tradición del turrón de Agramunt se remonta la siglo XVIII. Durante la Guerra Civil estuvo en peligro de desaparecer por la escasez de las materias primas, sabiendo resurgir ligado al buen hacer artesano de los turroneros de Agramunt.
Alfajor de Medina Sidonia
Quizás al leer “alfajor” habrá quién piense en un dulce propio de Latinoamérica, sin embargo, también es un indispensable de las mesas españolas en Navidad, con origen andaluz.
En este postre también está presente la influencia árabe de mucha de nuestra repostería. De hecho, las primeras referencias aparecen en la Edad Media en un libro de cocina árabe. Además, originalmente, se llamaba alajú término que deriva de al-hasú (relleno).
Mazapán de Toledo
Por último, y no menos importante, otro habitual en estas fechas es el mazapán, dulce ligado a la ciudad de Toledo.
El origen de la palabra se cree que deriva del árabe manthabán, que era el recipiente donde se guardaba la pasta de almendra. Aunque la primeras citas aparecen en la antigua Grecia, fue introducido en Europa por los árabes desde Al Andalus o traído por peregrinos y cruzados del este.

Mazapan. Foto: Eladerezo.com
Dentro de la cultura cristiana, entraría como la tarta de almendra, que se incorpora a la celebración de la Pascua bajo el nombre de pan martius, pan de marzo o marzapane en italiano. También aparece en el texto medieval Las mil y una noches un postre con estos ingredientes para soportar los ayunos del Ramadán o como afrodisíaco para mantener el vigor.
En España aparece en el siglo XI y se cuenta que lo inventaron las monjas del convento de San Clemente en Toledo durante una hambruna que se padeció en Castilla tras la batalla de las Navas de Tolosa (1212). No había trigo en la ciudad, pero sí azúcar y almendras en abundancia, así que decidieron dar de comer a los hambrientos con el suculento producto.
Al igual que el turrón, el mazapán se consumía en la Corte española y personajes ilustres como Lope de Vega lo tomaban no solo en Navidad, sino también en los “dos sanjuanes”.
Ahora que conoces su historia seguro que aprecias más su sabor y tradición.