El domingo 12 de mayo visitaremos el precioso pueblo de Villavieja del Lozoya. Esta jornada comenzará con una ruta interpretada desde Buitrago y, una vez lleguemos al pueblo, sus habitantes nos contarán sus vivencias y nos hablarán de los oficios de antes. Además, podremos ver el corto documental «Mapa emocional» gracias al Ayuntamiento de la localidad. Por último, tras una pausa para comer, volveremos al punto de inicio por otra senda para seguir disfrutando del paisaje de este enclave serrano.
Si quieres saber más…sigue leyendo.
La historia de un pueblo serrano
Villavieja es un pueblo enclavado en la Sierra Norte de Madrid al pie de los Montes Carpetanos. Está a poco más de 80 km de la capital en un enclave natural de gran belleza pero, seguramente, su mayor particularidad es que, debido a su localización, se pueden observar restos de otras épocas. Además, gracias al esfuerzo que han hecho para restaurar y mantener en buenas condiciones construcciones de oficios de antaño, este pueblo nos cuenta historias de tiempos remotos que trascienden al presente.
Si bien se sabe que la zona estuvo habitada desde la época prerromana se cree que su creación como núcleo estable fue muy posterior. Ya en la obra “Libro de la Montería” del rey Alfonso XI, se menciona que esta zona existía un asentamiento de pastores llamado Zarzoso. Posteriormente, según la hipótesis que cuenta con más apoyos, “Villa vieja” sería una residencia de cierto nivel de una familia judía.

Vestigios de la época musulmana
Por esta zona pasaron celtíberos, romanos, se cree que visigodos y musulmanes. Para estos últimos, era una “marca”, o zona militarizada, en concreto “la marca media”. Como huellas de esa época nos quedan varias atalayas defensivas repartidas por toda sierra. Incluso, algunos historiadores piensan, que los sistemas tradicionales de regadío de la zona pueden ser una herencia musulmana. Sin embargo, era una frontera difusa en que la que no está claro que hubiera suficiente población asentada de manera permanente.
No obstante, en Villavieja se conserva uno de los restos de esta época más significativos de Madrid. Actualmente integrado dentro de la Hospedería El Arco, podemos ver un arco de estilo mudéjar, de gran valor histórico-artístico y que es el único vestigio de este estilo que se encuentra en la Sierra Norte.
Villa y Tierra de Buitrago
A partir del siglo XIV la historia de Villavieja está ligada a la familia de los Mendoza. De origen alavés, ganaron gran importancia en la corte castellana y, tras la guerra civil que enfrentó a Pedro I con su hermano Enrique II, salieron beneficiados con la victoria de este último.
Así, pasaría a estar bajo dominio de la Casa Mendoza la Villa y Tierra de Buitrago, comunidad en la que se incluía el actual pueblo de Villavieja del Lozoya.
Este vasallaje acabaría en el siglo XIX con la abolición del régimen señorial bajo el reinado de Isabel II.
Villavieja y su gran patrimonio
Como ya comentamos Villavieja tiene un patrimonio etnográfico destacable. Está centrado en la vida de antes, en su forma de relacionarse, en cómo se vivía y en los trabajos de antaño.
¡Hagamos un repaso!
La fragua
Como en todo pueblo agrícola la fragua tenía una gran importancia. Así, el herrero era el que arreglaba o fabricaba todo tipo de herramientas, no solo herraduras para animales de tiro. También la fragua era un lugar social, sobre todo de reunión para los hombres del pueblo en los días de lluvia y frío en los que no podían ir al campo, como dice el refranero “Día de agua, día de fragua”.
El horno
Muchas casas contaban con un horno de leña para cocer el pan. En las casas se amasaba el pan y se cocía cada 15 días aproximadamente, era pan de verdad, del que duraba, pero no a todo el mundo le quedaba igual, había gente del pueblo con prestigio de “saber cocer”. Además, aquellas casas que no contaban con horno, lo cocían en los hornos de otros vecinos a cambio de un pan y una torta recién hecha.
El potro de herrar
Otro elemento importante y muy bien conservado es el potro de herrar. Se utilizaba para herrar animales de tiro, en muchos casos vacas, y también para realizar curas a los animales.

La casona
A pesar de su nombre la casona no era una gran casa, ni vivía nadie en ella. La casona era una construcción agrícola, por así decirlo, eran grandes pajeros. En ella se guardaba comida para los animales, los carros y otros aperos, e incluso se encerraba al ganado.
El lavadero
En la Villavieja de antes no había agua corriente en las casas. Sin embargo, existía “la reguera”, canalización de los arroyos de la zona para regar las huertas y donde también se lavaba. Posteriormente, se construyó el lavadero, que se convirtió en el lugar de encuentro y comunicación entre vecinas.

La corte del verraco
El verraco era el cerdo semental del pueblo, sí, el cerdo semental del pueblo. Aunque el término semental lo tengamos más asociados a caballos o toros, en pueblos como Villavieja ligados a la agricultura y ganadería, los cerdos tenían gran importancia para la alimentación. Por ello, era fundamental tener un buen macho capaz de cubrir a todas las cerdas del pueblo. La alimentación de este animal se hacía de forma comunitaria y en proporción al número de gorrinas que tenía cada vecino. Además, vivía en su propia cuadra, la corte del verraco.
Pero, no es lo mismo que te lo cuente yo a que cuente la gente que lo vivió.
Además, por el camino hablaremos del entorno natural que rodea a este bello pueblo y de las anécdotas de otros restos históricos que nos guardamos para que los conozcas con nosotros.
Fuentes consultadas: Ayuntamiento de Villavieja del Lozoya y Villavieja del Lozoya en el recuerdo de Carmen Requejo Sánchez.
Si te gustaría conocer Villavieja del Lozoya contado por sus vecinos y con una ruta desde Buitrago del Lozoya te animamos a que visites nuestra actividad del 12 de mayo, aún estás a tiempo
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Estoy interesada en esta parte de la Sierra de Madrid, en concreto Villavieja de Lozoya
Buenos días Asun, muchas gracias por escribirnos y por tu interés en Villavieja.
Comentarte que en cuanto se solucione la alerta sanitaria volveremos a reactivar las experiencias rurales en la Sierra Norte. Para el otoño tenemos planeado volver a Villavieja del Lozoya.
Un saludo y mucho ánimo!